Desde hace un tiempo, Amaya y Mateo recurren a los disfraces habitualmente como otro juego cualquiera.
La cosa comenzó un día en Planeta Invisible. En la sala de juego libre tienen un baúl con disfraces, y un día que fuimos a pasar la tarde, los dos se liaron a ponerse, quitarse e intercambiarse todos los disfraces una y otra vez. Disfrutaron juntos de una manera especial.
A partir de ese día, en casa, me empezaron a pedir los disfraces para jugar. Yo los tenía guardados en el altillo en modo «para carnavales, fiestas de fin de curso y halloween» pero…..¡¡¡¡menudo descubrimiento para ellos!!!!.
Ahora los tengo a mano, y dentro de esa «bolsa de disfraces» no solo hay disfraces concretos de princesas, médicos, piratas y super héroes, sino accesorios sueltos como gorros y sombreros, varitas mágicas, alas, coronas, caretas, capas, gafas, nariz de payaso etc…que les dan pie a inventarse disfraces impensables: pájaros con corona de reina, princesas monstruo…etc…¡¡¡es muy muy divertido ver cómo crean esos seres inventados!!!
Creo que los disfraces han funcionado tanto con ellos por varias razones que te cuento en este post, por si a tus peques les sirve y te animas a tener ese baúl de disfraces más a mano:
5 razones por las que es bueno jugar con disfraces:
- Es obvio que potencian la imaginación y estimula la creatividad. Es fácil crear situaciones o historias muy diferentes en las que todo puede pasar puesto que es su historia inventada. No hay «reglas».
- Es fácil que puedan jugar los dos juntos: a veces les cuesta encontrar ese momento de juego compartido y con los disfraces, lo tienen: si uno se disfraza de doctora juguetes, el otro tiene que ser el paciente y luego se intercambian.
- Les ayuda a desinhibirse y a expresar sentimientos diferentes. Están metidos en el papel del personaje que hacen y es como si se olvidaran de sus timideces.
- Es un juego rápido: en cuanto se ponen un gorro y un accesorio, están dentro de la historia, y cuando se cansan, pueden cambiar rápidamente a otra cosa. Hay tardes que están cansados y no les apetece montar piezas antes de poder jugar (por ejemplo: montar la granja de lego lleva su tiempito antes de jugar realmente) y los disfraces les dan juego inmediato.
- Básicamente les gusta porque se parten de risa viéndose disfrazados.
Ahora llega Halloween y el tema de los disfraces estará reciente. Te animo a que no vuelvas a guardar los disfraces en una caja al fondo del armario y los dejes a mano para que tengan la posibilidad de utilizarlos cuando quieran. ¡Puede que te sorprendan!.
Nosotros en la habitación de juegos tenemos un baúl exclusivo para disfraces y complementos varios y es el primer lugar al que van cuando hay invitados en casa
Es cierto, en Planeta es de las cosas que más usan los niños! Yo creo que, además de todo lo que dices, les permite crear otro yo en un mundo paralelo en el que reproducir habilidades sociales y expresar emociones sin ser juzgados. Pueden decir por ejemplo»te mato porque eres malo» sin que el adulto le reprima, ni siquiera él mismo, porque saben que forma parte del juego y nosotros también. Es fascinante!
Me parece una idea genial!! Aprovecharé la reorganización de la habitación de Alex que tengo pendiente para hacer hueco a la criatura segunda, para poner todo lo susceptible de usarse como disfraz junto y a mano. Además ahora con todo el invierno por delante y con ello más tiempo en casa es perfecto!!
Pues sí, es estimulante y divertido, comparto todo lo que dices.
Sólo hay una cosa que, sin ser mala, a veces nos complica a los mayores y es cuando se pintan «solos» la cara, manos y todo lo que pillan con los rotus o lapiceros no adecuados… Ellos se lo pasan bomba pero quitarles esas pinturas de guerra es tremando ¡a que sí!
Hay otra cosa por la que creo que les gusta disfrazarse, están en la edad de que se les lean todos los cuentos del mundo y también empiezan a comprender e interpretar esos cuentos por las imágenes, algunos ya están aprediendo a leer y crean sus propias versiones, es impresionante verles.
A mi me encanta.
Ya es viernes, feliz finde :-)