Mateo está a punto de cumplir los dos años. A finales de Enero será su cumpleaños y está viviendo la revolución de sus dos primeros años de vida. Muy a mi pesar (porque me da una pena enorme que crezcan tan rápido) está dejando de ser un bebé para ser un niño. Un niño pequeño a la conquista de su independencia, de su libertad y aprendiendo latín y física cuántica. Es lo que tiene ser el hermano pequeño.
Entra en la edad de las rabietas, ya sabe perfectamente lo que quiere pero aún no habla y busca su forma de hacerse entender. Son los «terribles dos años» que he leído por ahí…
Pensarás, bueno, es el segundo hijo así que esto no te pilla de nuevas. Pues si. El otro día comentaba en una foto de Instagram que tengo la suerte de poder tener hija e hijo y poder experimentar lo diferentes que son. No se si es un mito porque no tengo dos hijos del mismo sexo pero te puedo decir que juegan diferente, piensan diferente y se relacionan diferente conmigo y con el entorno familiar.
Es muy curioso ver su relación con Frodo. Amaya a penas le hacía caso y Mateo sin embargo le busca e intenta jugar con él. (digo intenta porque Frodo ya no está para muchos trotes, la verdad, y no le da mucha bola…)
Mateo es tranquilo pero si te descuidas te la lía. Es silencioso pero muy curioso así que ando con mil ojos si no quiero sorpresas (que por otro lado me parto de risa sin que me vea porque es ocurrente el tío..).
Poco a poco se ha ido haciendo independiente. Come solo desde hace meses y aunque tardó en caminar un montón (superando el récord de su hermana que lo tenía en 17 meses para sufrimiento de mi espalda) su psicomotricidad ha dado un salto gigante y hasta escala por el sofá y se sube solo a la cama nido de su hermana. Es intrépido y no tiene miedo a nada, a NA-DA.
Adora a su hermana, es su ojito derecho junto con su primo mayor. Ella le cuida y le quiere aunque a veces los celos hagan mella y no pueda controlar el hacerle alguna que otra perrería (esconder chupetes, comerse su parte de chocolate o no dejarle algún juguete, cosas leves con las que ella se desahoga…).
Reconozco que está enmadrado…un poquito. Le cuesta despegarse de mi y si estoy en casa soy su plan A. Los mimos son para mi, los cariñitos y últimamente lleva una racha de dormir mal…(dicen, o eso quiero pensar, que duermen peor en épocas en las que consiguen logros a nivel físico y de aprendizaje…) se despierta por la noche llorando y solo le consuela estar conmigo así que te puedes imaginar (yo que no colecho de forma habitual) como tengo la espalda últimamente…
Va a ser un tipo genial. Un grandote mimoso que se comerá el mundo. Zalamero, listo y gracioso. Y yo feliz de poder vivirlo. ¡Vamos a por esos dos años llenos de vitalidad pequeño Mateo!.
Están geniales a esta edad, muy a nuestro pesar (el de los padres), en determinados momentos. El mío también hará 2 añitos (en marzo) y a eso hay que sumarle que hace apenas un mes ha sido destronado… Paciencia y poco más jajaja
Hola Belén ,
da muchísima pena ver que se hacen grandes tan rápido , ojalá fuera el tiempo algo más despacio en ese sentido y poder disfrutar más aún de nuestros bebés . Aunque también es gratificante ver como van adquiriendo su propia personalidad , se hacen más independientes y ya no necesitan tanto de nuestra ayuda . Eso también es un alivio para nosotras ; )
Al igual que tu , tengo un niño y una niña y es verdad que se nota esa diferencia a la hora de jugar , de relacionarse y de todo . Por eso creo que muchas veces no se entienden y terminan en peleas , uno lo quiere de una forma la otra de otra , etc etc
Feliz miércoles .
Nuria
Este yerno mío, cada día más grande y más guapo!
Pues sí, poco más que decir sobre Mateo y Amaya salvo que me los comería. Son ocurrentes, listos y muy guapos.
Tu hermano acababa de cumplir dos años cuando naciste y, de pronto, se hizo mayor. No sabes la pena que me daba ver que en ese momento había dejado de ser bebé para comvertirse en el hermano mayor pero lo llevó muy bien y te cuidaba mucho.
Con Amaya, que casi tenía 3 años cuando nació Mateo, te pasó lo mismo y la diferencia es que ella tienen esos celos que no puede controlar, mi niña.
Cada edad tiene cosas preciosas y hay que disfrutarlas todas.
Besos de miércoles…
Belén esta precioso! a mí los dos años me encantan, recuerdo esa etapa de mis hijas con mucho cariño, las trastadas, la lengua de trapo… Tengo dos niñas, pero cuando has dicho que los tuyos juegan diferente, piensan diferente y se relacionan de forma diferente, parece que has descrito a mis dos hijas, aunque son niñas las dos, cada día me sorprende más como pueden no parecerse en nada. Un besazo!
Mi hija cumplirá 2 años en febrero y es una niña muy divertida y con unas ocurrencias q a veces m hace pensar q tengo un chico x lo brutita que es. Las noches las llevo fatal pq no kiere dormir sola y xa asegurarse de q no t vas a ir d su cama se duerme subida a mi cabeza o a la de su papa, si a eso le sumamos su alta demanda con el pecho… Pero como me digo, que todo sea eso y ademas ya pasara
Es una pena como crecen, y es verdad que son diferentes todos los hijos, en mi casa ninguno de los tres se parecen en caracter. Disfruta de que este enmadrado y que te persiga a todos los lados que ya te digo yo que cuendo llegan a los 13 les estorbas mi hijo era así y ahora casi no quiere saber nada de nosotros, bueno si que quieren saber pero a su manera, al final siempre te buscan cuando algo les preocupa
Nosotros estamos en plena etapa de rabietas y es demoledora…hasta la directora de la guardería de Hugo, que tiene 3 hijos adolescentes, dice que prefiere la adolescencia a los «terribles dos». Aunque tu ya los habrás vivido con Amaya y no te van a pillar por sorpresa…paciencia y a disfrutar esos dos años ;)