Conocí a Anna a través de un curso online. Como a muchas compañeras bonitas que me ha dado este 2.0. Desvirtualizamos al poco tiempo en el evento de bloggers de Oviedo allá por 2015…Esta cita fue para muchas de las que asistimos un punto de inflexión en nuestros blogs. Desde entonces, nunca he perdido de vista el trabajo de Anna en su blog.

Su especial manera de escribir, su tremenda sensibilidad y generosidad a la hora de compartir descubrimientos, inspiración y pensamientos hacen que sea un referente, que apetezca tenerla cerca y tomar una café con ella cada dos por tres.

Hace unos meses Anna se lanzó a salir de la pantalla con una guía en papel. Un proyecto precioso que hoy quiero enseñarte; pero contado por ella, porque a mi se me quedan cortas las palabras a su lado y nadie mejor que ella puede transmitir cómo ha sido el proceso de creación de «Historias de Madrid». Mucho más que una guía con 15 lugares con encanto. 15 proyectos de vida retratados por Anna que no puedes dejar de releer y visitar.

Os dejo con su entrevista y un café con ella en Il Tavolo Verde. Uno de los lugares que puedes encontrar en «Historias de Madrid» y al que vuelvo una y otra vez…

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  1. Preséntate Anna…quién eres, cuéntame tu trayectoria profesional y proyecto personal.

Soy Anna y soy de Barcelona. Estudié trabajo social e hice un máster en dirección de entidades sociales. Estuve trabajando en una ONG durante 5 años, en la atención a diferentes colectivos en riesgo de exclusión social. Era un trabajo muy bonito y, a la vez, muy duro; trabajabas con personas que tenían situaciones muy difíciles y tus herramientas para ayudarles a salir de esas situaciones y que mejoraran su vida eran muy limitadas. Cuando llevaba 3 años trabajando me di cuenta de que llegaba a casa muy cansada, sin energía y sin ganas de hacer nada, era como que el trabajo me consumía mucho. A menudo me sentía impotente y frustrada y en algún momento tuve claro que la atención directa no era lo mío, que no podía hacer ese trabajo sin que me afectara demasiado.

El problema para mí era que no tenía un plan B, no sabía qué me gustaba, qué me motivaba, estaba muy enajenada de mí misma. En marzo de 2013 me puse enferma por primera vez; una enfermedad digestiva bastante bruta que me tuvo de baja 6 meses. En ese tiempo que estuve apartada del trabajo me di cuenta de que no podía volver y de que, aunque no tuviera plan B, era mejor no tener plan que continuar en un lugar que no me hacía bien.

Los siguientes 3 años los pasé, sin haberlo previsto, de recaída en recaída de la enfermedad. Aunque había momentos en que me encontraba más o menos bien y hacía vida “normal”, pasé mucho tiempo encerrada en casa, encontrándome mal y débil, y ahí fue cuando el blog, que había creado un par de años atrás y al que no había hecho el menor caso, empezó a tomar fuerza.

El blog se convirtió en una ventana a un mundo más bonito, una escapada de ese malestar que sentía. Sin darme cuenta el blog me reconectó con la escritura, algo que había disfrutado siempre y también con la fotografía, algo que había disfrutado mucho con mi padre pero que aparté totalmente al fallecer él.

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Como estaba muy limitada para hacer cosas en la calle, empecé a hacer cursos online sobre escritura, fotografía y creatividad en general y, sin tener la intención, el blog me abrió un mundo nuevo en el que me sentía mucho más a gusto. Cuando empecé a encontrarme mejor, empezaron a llegarme oportunidades de escribir para otros blogs y marcas: Plateselector, Floritismo, Viajar Inspira…

Actualmente escribo en mi blog, que es mi espacio personal; escribo mensualmente para el blog Viajar Inspira, que pretende mostrar otra manera de viajar (alejada de los circuitos más turísticos y de las cosas más típicas); trabajo con algunas marcas con las que compartimos valores y filosofía; y coorganizo en Barcelona los eventos Blogs & Cava, que son unos encuentros en petit comité que hacemos cada mes y medio aproximadamente donde traemos a personas que nos parecen inspiradoras (una diferente cada vez) para que nos hablen de su trayectoria y experiencia y todas podamos aprender de ella mientras comemos, bebemos y charlamos :)

Recientemente he empezado a colaborar con Kireei y es algo que me emociona mucho pues me gusta muchísimo el proyecto de Cristina y trabajar con alguien que está tan alineado contigo es una delicia.

  1. Qué echas de menos de Barcelona.

¡El mar! Parece una tontería pero el mar ha estado siempre presente en mi vida y no tenerlo ahora cerca me cuesta mucho. El mar tiene un gran efecto tranquilizador en mí; es donde voy cuando necesito estar conmigo, cuando me siento abrumada y agobiada, es mi vía de escape, tiene una energía que me serena mucho, y echo mucho de menos no tenerlo a mano.  En Madrid el ritmo me parece frenético y muchas veces me sobrepasa.

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  1. Qué te engancha de Madrid.

La gente que he conocido. Creo que es lo mejor que me ha dado la ciudad. Quizás porque vienes de fuera, no conoces nada ni a nadie y todo te resulta nuevo y estás como más abierta y atenta, pero en Madrid he conocido a personas tan y tan bonitas! Personas creativas, personas que luchan por lo que ellas creen y que trabajan muy duro para conseguirlo, personas que me han abierto sus brazos y me han hecho sentir súper arropada y querida a pesar de no estar en casa; personas muy inspiradoras.

Otra cosa que me gusta muchísimo de la ciudad es su grandísima oferta cultural; disfruto muchísimo yendo a exposiciones y normalmente me faltan días para ver todas las que quiero :)

También me gusta mucho perderme entre sus callejuelas una mañana entre semana. Mi sensación es que Madrid es un pueblo que creció muchísimo, pero un pueblo en esencia.

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  1. Cómo surgió el proyecto de Historias de Madrid y cómo ha sido el proceso de seleccionar los lugares. Qué ha sido determinante para incluir determinados lugares y no otros. ¿la historia personal que hay detrás del proyecto? ¿la calidad del producto/servicio ofrecido?

En el primer año que estuve aquí, sobre todo los primeros meses, muchas veces salía a pasear para familiarizarme con la ciudad, o cogía el portátil, andaba un rato y me plantaba a trabajar en una cafetería bonita para no sentirme tan sola. En ese tiempo fui descubriendo proyectos (tiendas, cafeterías, restaurantes) que, más allá de que fueran bonitos estéticamente, me transmitían algo. Con algunas de las personas que llevaban estos proyectos entablé cierta relación y descubrí cómo habían empezado y por qué.

La idea salió en una conversación casual con mi madre, cuando hablábamos de mi necesidad de tener un proyecto que reuniera lo que a mí me apasionaba (la escritura, la fotografía, la gente y los lugares inspiradores), por un lado, y de Madrid. En el tiempo que llevaba entonces en la ciudad me había dado cuenta de la grandísima oferta que tiene y de cómo gran parte de esta oferta respondía a modas pasajeras, a tendencias. Muchas veces me daba la sensación de que Madrid estaba lleno de lugares “sin alma”, de espacios que se habían abierto a golpe de talonario siguiendo la última corriente Pinterest y que, al poco tiempo, en cuanto salía la siguiente moda, dejaban de funcionar. En medio de tanto ruido había proyectos más pequeños, más personales, con más inversión (seguramente no económica pero sí en ilusión, trabajo, esfuerzo, cariño y dedicación) que muchas veces pasaban desapercibidos y me parecía importante contar su historia y hablar de su valor. Yo creo que, cuando conoces su historia, cuando sabes qué lo ha motivado y qué han hecho para poder crearlo, le das mucho más valor y automáticamente te apetece a ti también apostar por ellos.

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Lo realmente importante para mí a la hora de seleccionar los proyectos era que tuvieran una historia personal detrás que a mí me parecía inspiradora y que los valores que movían el proyecto estuvieran alineados con mis propios valores: la artesanía, la sostenibilidad, el apostar por un consumo más consciente que, muchas veces, se traduce en consumir menos, la apuesta por un ritmo más pausado en contraposición al ritmo frenético que acostumbramos a llevar, la cercanía en el trato, cuidar al cliente pero también a los trabajadores y proveedores y a todo aquel que se relaciona con el proyecto de una forma u otra; preocuparse por tener el menor impacto en el medio ambiente ya sea con productos ecológicos, con tiradas cortas, con utilizar proveedores locales y realizar procesos artesanales…

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  1. Qué fase del proyecto disfrutas más: la búsqueda, la fotografía, la edición de textos, etc…

Si te digo que he disfrutado enormemente cada fase, ¿me crees? En muchísimos sentidos Historias de Madrid es un proyecto redondo para mí porque reúne todo lo que me apasiona, con lo que he disfrutado mucho de cada fase del proyecto.

Me emocionaba cuando encontraba un lugar que estaba tan en sintonía conmigo.

  1. ¿Habrá una segunda parte de Historias de Madrid?.

Sinceramente, no lo sé. Seguramente de Historias de Madrid, no. He disfrutado muchísimo haciendo el libro y me gustaría mucho poder continuar haciendo otros en esta línea pero, antes de planteármelo, quiero ver cómo funciona este y si es viable.

En mi cabeza, de hecho, me gustaría hacer otros libritos como este sobre lugares diferentes y también sobre diferentes temáticas: elegir un tema como eje central y tratarlo desde diferentes perspectivas a partir de la experiencia y trayectoria de otras personas.

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  1. ¿Con qué disfrutas más, con los proyectos 2.0 o con haber vuelto al papel?

El proceso de realización del libro ha sido prácticamente idéntico al que hago normalmente cuando hablo de un proyecto para el blog: contactar, hacer la entrevista y las fotos, editar las imágenes, contar la historia… Lo bonito que tiene para mí el 2.0 es la inmediatez: si hay un tema que me inquieta y del que quiero reflexionar, lo escribo y lo publico en el blog, no pasa apenas tiempo, y esto me gusta, te permite comunicar prácticamente a tiempo real.

Desde que empecé a trabajar en Historias de Madrid hasta que el libro salió a la venta pasaron 10 meses, aquí los tiempos son mucho más largos. Pero el papel para mí tiene algo que no tiene la comunicación online, y no sé si es solo mi percepción o es una sensación compartida: el hecho de tener algo en papel, de comprar algo porque quieres y tenerlo en tu casa le da otro valor, uno más grande.

Pienso que hay proyectos que tienen más sentido en el online y proyectos que requieren del papel, y me parece súper bonito que puedan convivir ambos.

  1. Dónde te ves dentro de 10 años. En qué ciudad, proyecto, etc…

En 10 años quiero estar viviendo en un lugar bien cerca del mar, donde pueda verlo desde mi ventana. En un lugar, también, con un ritmo mucho más pausado que el de Madrid o Barcelona, seguramente no será una gran ciudad, o una ciudad siquiera. Viviendo una vida más sencilla, más conectada a la naturaleza y a sus ritmos, a los placeres simples, teniendo más capacidad para escucharme y hacer lo que siento en lugar de dejarme llevar por lo que está de moda o por lo que hace la gente, y habiendo hecho un recorrido más largo en este estilo de vida más consciente y sostenible (de alimentación, de ocio, de consumo, de trabajo…).

Y viviendo de escribir, de fotografiar, de conocer nuevos lugares y nuevas personas y de tener un impacto social; necesito incorporar esta parte más social que aparté al dejar el trabajo social.

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  1. Háblame de tus fotos: en qué te inspiras, cómo editas…¿te gusta más escribir o más ponerte detrás de la cámara? 

Yo creo que lo que ha salido en mí de forma más “innata” han sido siempre las palabras, ha sido algo que siempre ha estado allí, que siempre he sabido que me gustaba. Cuando pienso en la fotografía, creo que también ha estado siempre ahí, pero de forma más silenciosa. Cuando era niña, los fines de semana mi padre y yo cogíamos la moto y nos íbamos por la ciudad a hacer fotos y esos ratos los recuerdo con mucho cariño. Cuando mi padre falleció perdí las ganas de hacer fotos, era una actividad muy vinculada a él, y no las recuperé hasta años más tarde, en gran parte gracias al blog.

10. ¿Piensas que las fotos son complemento de tus textos o al revés?

Para mí la fotografía es una manera de mirar de otra forma, una en la que observas más detenidamente y ves cosas que pasan desapercibidas. Es una manera de pausarme y de retener sensaciones, o de intentarlo, por lo menos. Disfruto muchísimo haciendo fotografías por placer, sobre todo de detalles y rincones, pero siento que me falta mucha técnica y mucho por aprender, no creo que por ahora mis fotos tengan suficiente fuerza como para hablar por sí mismas, creo que todavía necesitan el respaldo de las palabras.

Mi escritura es muy personal, sale muy de dentro y yo diría que es una necesidad para mí. La escritora Joan Didion decía que escribía para descubrir qué pensaba, qué quería y cuáles eran sus miedos. Mi motivación es muy parecida; escribo por necesidad, para poner en orden mis pensamientos, para ver cómo me siento. No creo que pueda renunciar a ello.

  1. “Chívame” tu último descubrimiento, tu lugar favorito de Madrid.

Pues es una cafetería del Barrio de las Letras que se llama Acid Café. Está en la calle Verónica, es muy pequeñita y apenas hace 2 meses que abrió sus puertas.

La filosofía del proyecto es el wabi-sabi, una manera de entender la vida que procede del Japón y que, básicamente, anima a quedarte con lo esencial y a abrazar las imperfecciones de la vida. El wabi-sabi apuesta por el minimalismo, por las cosas sencillas y bien hechas, por los materiales naturales y nobles, y esto es lo que encuentras allí. Hacen café de especialidad, muy bien hecho.

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Muchísimas gracias Anna por dedicarme tu tiempo y contarme tantas-tantas-tantas cosas durante aquel café. Y a ti, que has llegado hasta aquí, como puedes comprender te recomiendo que te hagas con una guía de «Historias de Madrid» sin falta. Conocer las historias detrás de los proyectos hará que veas los sitios recomendados con un valor añadido.