A todos nos preocupa y es algo que trabajamos y peleamos a partes iguales con nuestros hijos: que hagan las cosas solos, que aprendan a vestirse, a asearse, que sean capaces de ser responsables de tareas pequeñas pero que les hacen «grandes»… pero…¿cómo se consigue?.
En nuestro caso, con Amaya, vamos poco a poco. Ella siempre pide ayuda para hacer las cosas pero… creo que es más un tema de reclamar atención que de falta de autonomía. Sabe hacer las cosas pero prefiere hacerlas en compañía… En cualquier caso, por si estás en las mismas, hoy en Oh my mum! vuelve Isabel, de Centro TAP (Tratamiento Avanzado Psicológico) con sus consejos sobre cómo fomentar la autonomía en los más pequeños.
Para los niños y niñas, sentirse cada vez más mayores e ir asumiendo nuevas responsabilidades, supone una gran satisfacción. Ya que, por regla general, los niños quieren “ser mayores” haciendo lo que ven en sus progenitores o modelos de referencia.
Fomentar la autonomía en los más pequeños, les ayuda a aprender normas de autocuidado, a quererse y cuidar adecuadamente de uno mismo y a hacer frente a pequeños malestares. Al mismo tiempo que aprenden normas de convivencia e interiorizan las suyas propias.
Por eso, tenemos que tener presente que “todo aquello que los niños puedan hacer solos, que lo hagan solos”.
La dificultad viene cuando los adultos o cuidadores queremos que los niños hagan una tarea en un momento determinado, como por ejemplo vestirse por las mañanas, lavarse los dientes después de comer o cenar, etc.
– “ Ayúdame a vestirme, porfa…! “ o “ Yo no sé comer solo…!”, son frases habituales que a los papás y mamás desesperan. -“Si esto ya lo hacía solo…”, en algunos caso pueden ser retrocesos de carácter evolutivo pero pasajeros.
Es importante que los padres tengamos presente que existen ciertos factores que dificultan la tarea educativa:
Las prisas: muchas veces caemos en el error de hacerlo nosotros porque “así terminamos antes”, de esta manera no estamos fomentando su desarrollo y responsabilidad. No se puede educar con prisas, así que, paciencia. (Ningún niño quiere ir en pijama al cole.)
Y dicho de paso, la impaciencia: para crear hábitos debemos ser constantes y perseverantes. Repetir siempre la misma secuencia para crear patrones de conducta ayuda a las personas a fijar aprendizajes. Por ejemplo: siempre después de comer o cenar nos lavamos los dientes.
Nuestros propios miedos: impedir que se enfrenten a dificultades por el miedo a la frustración, es privarles de un aprendizaje muy valioso. Además, les hacemos llegar la idea de que no confiamos en sus capacidades. (Es importante atreverse a salir de la zona de confort.)
5 tips sobre cómo podemos fomentar los hábitos de autonomía en los más pequeños:
- Fijar metas de autonomía alcanzables y paulatinas ajustadas a la edad, dando poco a poco tareas adecuadas y ajustadas a las destrezas del pequeño. Es importante decidir que vamos a pedir o “dejar hacer” a nuestros hijos y elegir tareas adecuadas a su edad e ir poco a poco aumentando en dificultad. Muchas veces son los propios niños y niñas los que nos piden que les dejemos hacer algo solos; la ducha, vestirse, comer… aprovechemos ese momento y siempre que no sea peligroso, animémosle a hacerlo.
- Decirle qué tiene que hacer y facilitar la tarea. Es fundamental que les digamos a nuestros hijos lo que esperamos de ellos y que les facilitemos la realización de la tarea. Por ejemplo; si decidimos que nuestro hijo escogerá la ropa que se va a poner, debemos facilitarle el acceso a los cajones y la barra del armario. Aquí es importante la forma de “pedir”, siempre que ofrecemos algo como un privilegio tiene mejor aceptación que si es un mandato.
- Aceptar la equivocación, primar el desarrollo de la autonomía antes de la eficiencia. Dejar que se equivoquen, es dejarles espacios para su propio aprendizaje. Si lo hacemos nosotros porque ellos lo hacen mal, les estaremos privando de este excelente aprendizaje.
- Reconocer el esfuerzo. Como ya hemos referido en otras ocasiones no elogiamos a la persona sino sus actos. En este caso haremos lo mismo, si nuestra hija ha decidido ponerse los zapatos, aunque los lleve del revés, diremos: -¡Qué bien que te has puesto los zapatos tú solita! A continuación le ofrecemos nuestra ayuda para ponérselos en el pie correcto. Pero nunca nuestro refuerzo irá dirigido a la persona: -¡Qué patosa eres!, ¡Anda trae, que no sabes ponerte los zapatos!
- Felicitar el logro. Es importante que reforcemos siempre que haya realizado una tarea. No es necesario montar una fiesta. Podemos simplemente aludir que nos gusta mucho lo que acaba de hacer. Debemos mostrar a nuestros hijos que nos gusta que hagan cosas por sí mismos. Por ejemplo: un niño que ha conseguido abrochar la chaqueta. -¡Cómo me gusta que te abroches tú la chaqueta! Te ha quedado muy bien.
“Dejar hacer” a los niños y niñas no es la “comodidad” del adulto, sino la vía para que los más pequeños crezcan siendo personas autónomas, responsables y aprendan a cuidar de sí mismos y de los demás.
**CENTRO TAP es un centro de psicología y psiquiatría. Facilitan tratamientos asociados a la regulación emocional (ansiedad, estrés, resolución de conflictos, toma de decisiones, duelo, fobias…) y tienen diferentes áreas de intervención: psicológica (terapia individual, de pareja, familiar, infantil, adolescentes), sexología, psiquiatría y psicopedagogía. También tienen experiencia en formación y actualmente tienen 5 programas formativos: habilidades de comunicación, inteligencia emocional para padres, desarrollo de la autoestima, regulación emocional para niños, mindfulness.
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