Hace unas semanas, una conocida que acaba de ser mami, me preguntó sobre cómo habíamos hecho nosotros con Frodo y los peques recién nacidos. Cómo había sido el proceso de conocerse, cómo se comportaba él al llegar a casa un bebé, si se había vuelto algo agresivo, etc…
Supongo que cada caso es un mundo pero…Aquí va nuestra experiencia para todo aquel que le interese el tema de la convivencia entre perros y niños.En nuestro caso, Frodo formaba parte de la familia antes de ser papás de Amaya y Mateo. Frodo es un bulldog inglés ya mayorcete y, al nacer Amaya, nos planteamos la situación para hacer las presentaciones de la mejor manera posible. Los cambios no son fáciles y ellos también se resienten.
- Durante el embarazo, estoy totalmente segura de que Frodo ya se había dado cuenta de que dentro de mi había un bebé. Pasaba largos ratos apoyado en mi tripa, acompañándome y sintiendo a Amaya. Déjale hacerlo, ¡ellos tienen aún más instinto que nosotras!.
- Cuando nació Amaya, aún estando en el hospital, mi chico llevó a casa una muselina que había estado en contacto con Amaya para que Frodo fuera familiarizándose con el olor.
- Los primeros días, deja que se conozcan, que estén juntos y no olvides dar mimos a ambos.
Que el perro pueda oler al bebé y que no sienta que es algo «prohibido». Ellos también tienen su corazoncito y se sienten destronados. Obviamente, controlando y no dejándoles solos al principio. No podemos olvidar que son animales y hay que estar pendientes.
- Poco a poco, enséñales a respetarse mutuamente. Los peques respetan y cuidan a Frodo, y Frodo, por ejemplo, no se sube al sofá ni dejamos que coja los muñecos de los niños. (algo se escapa siempre…¡¡¡pelotas y chupetes sobre todo!!!).
- Ahora que son más mayores les gusta pasearle, llevarle de la correa. Deja que te ayuden, es bueno para que tomen la responsabilidad de cuidar a la mascota de la familia: que le pongan la comida y le rellenen el agua del cuenco o que te acompañen al veterinario.
- Déjales que jueguen juntos. En nuestro caso, Frodo ya es mayor y no tiene demasiadas ganas pero es precioso ver la complicidad de la relación entre perros y niños. Poco a poco establecen vínculos y es muy curioso ver que cada uno se relaciona con él de una manera personal y diferente.
- Infórmate sobre qué razas son las más adecuadas para convivir con niños y no te dejes guiar solo por lo bonito que sea o por su apariencia. Puedes leer este artículo sobre consejos del Portal del Criador respecto a este tema.
- Si tienes pensado comprar un cachorro, acude a un centro de acogida o habla directamente con un criador. Ellos son quienes mejor conocen las razas de perros y podrán asesorarte con garantías. Ahora, además, puedes comprar online perros de raza a profesionales.
Tener perro es una responsabilidad grande pero también te da grandes alegrías y creo que para los niños es una experiencia muy positiva. Espero que Amaya y Mateo recuerden a Frodo mucho tiempo cuando ya no esté…
Mi consejo: infórmate, lee algún blog sobre perros y conoce experiencias personales sobre la convivencia entre perros y niños antes de lanzarte. ¡Es una decisión importante!. Y si te lo está poniendo difícil y notas alguna reacción extraña, no dudes en pedir ayuda a un profesional. Estoy segura de que se puede reconducir la situación.
¿Cómo ha sido tu experiencia teniendo mascota e hijos?.
Hola. Mi hija de dos años y medio dice que sus amigos son: su prima, su KicoNico y Juan el labrador de mis padres. A mi y a mi hermana nos pasó lo mismo, en cuanto nos quedamos embarazadas Juan cambió su comportamiento, no se separaba de nosotras, nos mimada y parecía protegernos todo el rato. Al nacer mi sobrina el cambio para el perro no fue grande pues mi hermana vive lejos pero al nacer mi hija si lo fue ya que mi madre nos ayudó y ayuda con ella.
Lo primero que hicimos fue presentarlos, dejar que el perro la oliera y la lamiese. A partir de ahí las cosas fueron discurriendo con normalidad. El perro se deja achuchar, agarrar del rabo, que le quiten o compartan su cama… Y la enana le da de comer, acompaña al adulto a pasearlo, le da sus premios, comparte su comida y nunca se olvida de darle un beso al irnos.
Ahora las cosas han vuelto a cambiar, ha llegado un nuevo miembro a la familia y aún nos estamos adaptando. El proceso fue el mismo pero la situación es un poco diferente pues estamos todos de veraneo en casa de mis padres así que Juan no se «libra» de los niños ni un minuto. Por eso lo está llevando un peor. Ahora, para llamar la atención, sólo come si le da mi hija. Y digo le da porque ella agarra el cuenco y le ofrece el pienso, cuando se cansa agarra un puñado de bolitas y juega por toda la casa con el perro hasta que acaba.
A pesar de esta «crisis» todo va bien e irá mejor en cuanto volvamos a la rutina invernal.
Espero que mi experiencia os sirva y os anime a que vuestros hijos se críen con una mascota.
Muchísimas gracias por compartir tu experiencia! Tu hija es un sol :-)
Sabíamos que Indiana era un buenazo, pero nunca me imaginé hasta que punto. Cuando Julia llegó el ya era mayorcete, 10 años nada menos…. Durante el embarazo se tumbaba cerca de mi barriga y yo le dejé hacer…. El día del parto me partía el alma ver su cara cuando nos fuimos al hospital… Parecía tan asustado…. Luego el padre le llevó el gorrito que la niña tuvo la primera noche, y un pañal… Al volver a casa fue lo primero, que la oliese, lamiese y reconociese… En dos minutos ya había puesto todos sus juguetes alrededor de la niña!!!. Hoy Julia tiene dos años y son uña y carne. Indi ya está muy viejito y se me parte el corazón al pensar cuando ya no esté con nosotros…