Ser madre es brutal. Ya lo sabes tu que también lo eres. Se despierta una parte de ti que no conocías, te sorprendes a ti misma con lo que eres capaz de sentir, te enriquece y pone patas arriba tu mundo.
A pesar de tener 9 meses para hacernos a la idea, todo supera tus expectativas y te desborda. Lo bueno y lo malo también. Los hijos son tan inmensos que te hacen querer ser mejor, aprender y evolucionar como mujer y como madre.
Mis hijos aún son pequeños. Amaya tiene 4 años y Mateo 20 meses, pero con ese tiempo he tenido suficiente para aprender las 6 siguientes cosas:
- Que ellos se adaptan mejor que yo a los cambios. Les quieres proteger, mimar, que los cambios en su vida sean progresivos, naturales y nada intrusivos (guardería, alimentación, su paso de la cuna a la cama, el colegio, reuniones con gente que no conocen…). Pero ellos son mucho más inteligentes que nosotros y nos demuestran que su capacidad de adaptación es superior a lo que pensamos. Cuando crees que les costará pasar una tarde con gente desconocida, ellos te sorprenden integrándose totalmente, buscando su pequeño mundo donde entretenerse y hacer amigos.
- Fingir que nada pasa en un momento de caos. Es instintivo, tratamos de hacer que nada pasa para no asustarles, para protegerles. En mi caso, soy bastante miedosa, pero con ellos me convierto en Indiana Jones y nada malo puede pasar.
- Que el mundo puede esperar si ellos están enfermos o tristes. No hay nada más importante que ellos. Hay cosas urgentes, pero pueden esperar. Ya te apañas para hacerlas en otro momento, o pasan automáticamente a tener la etiqueta de «mañana». Para mi, saber que estoy disponible si se ponen malitos es parte de mi tranquilidad y felicidad como madre. Y si están tristes igual. Siempre es más importante consolar y abrazar, escucharles sus penas y achuchar hasta que el sollozo para y vuelven a sonreír que cualquier urgencia.
- Organizar una cena festín cuando la nevera tiene telarañas. Es así, supervivencia, capacidad de improvisación o creatividad. El caso es que a veces no hay tiempo de hacer la compra y te quedas en jaque para la cena pero…eres chef además de madre, sobre todo para ellos, que creen que eres la mejor cocinera del mundo, así que eres capaz de sacar un buen plato de 3 cosas que haya en la nevera.
- Que un hermano es lo mejor que les puedes dar. A pesar de los celos que pasa el mayor. En el caso de Amaya, enormes. Pero se que se quieren, que se acompañan y que lo que aprenden siendo hermanos yo no se lo puedo dar.
- Saborear y disfrutar al 200% de los momentos Mamá OFF. Esto es un aprendizaje de los más importantes que te da la maternidad. Cuando estás con ellos, estás con ellos, volcada, implicada, viendo como crecen. Pero cuando estás en otro ambiente, en una cena sin niños, en un día de escapada de café con alguna amiga, o de compras a solas….¡Aha! eres disfrutona a más no poder y es importante tener esos ratitos en los que vuelves a ser Belén y no Mamá.
Y tu, ¿qué has aprendido al ser mamá?.
¡Feliz día!
***Fotografía: Jorge Bañobre
Acabo de «descubrirte» en instagram y me encanta leerte!! He sido mamá hace 3 meses y me siento totalmente identificada con tus palabras ;) un abrazo y gracias x compartir tus momentos
Hola Blanca! bienvenida :-) enhorabuena por tu bebé y gracias por leerme. Espero leerte por aquí y que nos cuentes tu experiencia!
Siempre quise ser madre , era algo deseaba y tenía muy claro . Después resulto ser totalmente diferente a lo que yo me imaginaba. No es nada fácil ser madre , pero nos sale naturalmente y vamos aprendiendo naturalmente . Ellos nos enseñan mucho . He aprendido a ser más generosa, ahora todo gira en torno a ellos , aunque me queje a veces , la verdad es que me gusta que sea así .
Un besito,
Nuria
Nada, pero nada fácil ser madre, tienes toda la razón. Y es cierto que a veces nos quejamos de que nos falta tiempo pero en realidad disfrutamos de convertirnos en personas más generosas. Un besazo!
uff mis hijos me enseñan tantas cosas, todos los días es algo nuevo. El peque me llena de halagos y mimos, el mayor mas reservado pero confía en mí al 100%, ahora empezamos a construir la relación mamá-guía-amiga y es muy enriquecedor escucharle, aconsejarle aunque parezca que no lo hago, enseñarle a ser independiente y que él decida que puede contarme sus cosas y secretos, es lo mejor que me puede pasar siendo mamá de un adolescente..
Ellos me dan las mayores alegrías, el otro día mi peque hizo no solo mi día, sino el año entero. En el colegio hablaban sobre la felicidad y la señorita les preguntó que era lo que les causaba más felicidad y mi hijo contestó: soy feliz porque mi familia me quiere mucho.
Que tu hijo de 6 años diga esto, es recibir la medalla de oro olímpica, el Nobel y el gordo de la primitiva, todo al mismo tiempo.
Por supuesto que si! Medalla de Oro! enhorabuena por saber transmitir ese amor a tus peques. Un abrazo
Yo sigo aprendiendo… y es una bendición que nunca acabe el aprendizaje porque desde que nacisteis vosotros no he dejado de hacerlo y, ahora, tengo 4 soletes que me enseñan cosas cada día :-) Porque cuándo me preguntas ¿cómo hago esto, mamá? yo suelo decirte: Pues no lo sé, cariño. Y es que las cosas cambian, nosotros también y cada niño es un mundo único y cada uno necesita soluciones únicas.
Al principio todo es desbordante y arrollador, aprendes intuitivamente y siempre tienes la duda de si estarás haciéndolo bien. El tiempo te dirá que sí, ya lo verás.
Y el tiempo también, te irá diciendo cómo actuar cuando sean adolescentes, cuando tengan sus primeros amores, sus primeras salidas nocturnas… en fin, cuando vayas viviendo tu vida y la de tu amorcito y la de ellos, todo compartir, todo ceder, todo disfrutar. Y todo, todos juntos.
Feliz miércoles!!!
Buf mami,para la adolescencia no estoy preparada. Amaya es indomable así que imagínate…Yo sigo aprendiendo de ti también cada día. TQM.
Yo he aprendido muchas cosas desde que fui madre: a interesarme por la cocina sana, por los planes creativos. A mantener varias conversaciones a la vez, a sobrevivir a una mala noche (y para una dormilona como yo ese es el mayor reto)… Enma me ha enseñado cómo viven los niños los duelos, la felicidad de saberse querida por nosotros y una autoestima que a veces le cuesta reafirmar. Y seguimos aprendiendo…
Es que Enma es mucha Enma…a seguir aprendiendo! Gracias Sonia por compartir. :-)
Me ha encantado tu post!!!
Es verdad todo lo que no es urgente puede esperar, hay veces que congelaría el tiempo con tal de continuar oyendo sus risas
Un saludo cariñoso
Me siento totalmente identificada, Belén!!
El punto 5 aún no lo he vivido, aunque quedan pocas semanas (o días) =) Aún así, sí lo he vivido como hija, y sin duda un hermano es el mejor regalo que unos padres pueden darle a sus hijos. Yo, que soy la tercera de unos cuantos (9), me volvía loca de la emoción cada vez que mis padres nos decían que tendríamos un nuevo hermanit@. Y me quedé esperando el décimo… hasta que deduje que mi madre era ya demasiado «mayor» jajajaja
Yo también he aprendido muchas cosas:
A tener más paciencia, a poner pañales, a ser más feliz, a tener chocolate preparado cuando llega de la guardería, a dar más besos, a recibir miles de abrazos, a redescubrir los lego, a no poder estar si el, a vivir sin dormir, a que mi felicidad dependa de la suya, y a un larguísimo etc. que espero que no acabe nunca!
Un abrazo ;)